Carencia Mentalizada – idiosincracia popular

Desde que comenzamos a luchar por nuestros derechos, el Bloque dominante y sometedor no descansa. Hoy en día, existen particulares medios de comunicación que interactúan con nuestros deseos más capitalistas, centrándonos en hablar y escuchar según demanden los posts creados por otros usuarios de las redes.

El Internet, los Sistemas Operativos y sus algoritmos binarios ha sometido a gran parte de la humanidad a un claustro modo de desarrollo humano a través de las comunidades virtuales. Así que, mientras nuestra sociedad disputa por sus derechos civiles en el territorio nacional y bombas lacrimógenas inscriben el visible límite de nuestro deber cívico, las Cápsulas de Poder invocan al Silencio y al Sueño perpetúo: tanto al silencio de nuestras voces como al adormecimiento de nuestras mentes. Guiadas por el sedentarismo y la procastinación virtual.

El término del Tercer Mundo está sujeto a la idea de descolonizar nuestras mentes de la expansión dominante de los bloques capitalistas e intelectuales. En cambio, nos permite observar una distinta opción, el folclor y nuestras raíces son la real base de nuestra identidad nacional y diversidad cultural. Es fundamental que preservemos nuestra memoria sensible sobre quiénes hemos sido y de dónde venimos. Olvidar esto es lo que, verdaderamente,  ha hecho que nos atrasemos.

La «recuperación de una infraestructura atrasada» -según el Primer Mundo-  es un gran desafío para la sociedad contemporánea e insurgente. En cambio, nuevos modelos de sociedades van surgiendo según el desarrollo tecnológico, ya hemos superado las barreras del espacio y tiempo para dialogar con comunidades en otras partes del mundo. Este avance en la (infra)estructura del conocimiento es la que exige a nuestro ámbito natural, de lo real, la igualdad de reconocimiento y respeto por nuestra identidad. Por ende, tenemos la oportunidad de superar nuestra capacidad de reivindicación popular.

La dominación tecnológica está siendo reaprovechada para ayudarnos a resistir la dominación cultural y evitar que las tradiciones y costumbres de éste u otros pueblos sean etiquetados de marginales y/o violentistas. La resistencia cultural consiste en construir la Memoria de nuestra sociedad, de evitar que cometamos los mismos errores de nuestros anteriores; como también, de permitirnos componer una plataforma de desarrollo humano que comparta la misma cosmovisión de otrxs.

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